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domingo, 19 de mayo de 2013

Tu eterno encanto

Como para despedirme de mi preciado otoño, tuve que conocerte.
Para darle la bienvenida al helado invierno, tuviste que olvidarme.
Como para cantarte tres canciones todos los días,
…saliste corriendo.

¡Oh muchacho de la bella sonrisa!
¿En qué momento caíste a mi mundo?
¿Con permiso de quién ataste nudos en mi mente?
¡Oh muchacho del eterno encanto!
¿En qué momento bajaré del cielo al que me llevaste?
Te ordeno que lances el anzuelo al mar y que de una vez lleguemos al desenlace.

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