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sábado, 1 de diciembre de 2012

Una noche, un concierto y algo más.

Por alguna razón me sentía desanimada, quería llegar a casa y descansar con el control remoto en la mano. De pronto abrí la puerta, entré y sentí algo que me incitaba a salir y despegarme de la rutina. Tal vez la brisa, la brisa silenciosa que entró por la ventana, la que hacía bailar el tul de la sala y me hacían como una danza especial, me hacían verlas como blancas culebras que trataban de amarrarme para luego jalar la soga hacia afuera. Entonces me acerqué a ella y vi a través del umbral de la ventana el inmenso vacío algodonado desde un quinto piso. El sonido lejano del “ti ti” de los autos me mostraba que la paz espiritual que estaba buscando, se dirigía al monumental. Fue ahí en ese instante cuando cogí mi bolso, me pinté con labial y fui directo a un encuentro a escondidas en plena Av. Javier Prado.

Era la hora del momento mágico, fue el escenario perfecto para contemplar una magistral luna llena, ya que con sus enseñanzas que aún quedan como misterio, pude ver lo que otros ojos no ven. Vi las grandes sombras de un antepasado que se encontraban abrazándonos para no perder las voces que nos cantaban canciones melancólicas para vivir un tiempo atrás en los recuerdos y todos diferentes.
Un mágico momento como todos los que son especiales en mi vida, todos los que mi mente llenaría con diamantina tal y como sería representada la magia en una pasmosa pintura.

2 comentarios:

  1. Concierto de? Tambien he tenido esos momentos de que no tenia nada que hacer y simplemente me fui sin direccion por ahi. A veces solo terminaba viajando y preguntandome "y ahora que?", otras terminaba apreciando los detalles y disfrutando de mi sutil libertad.

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  2. En este caso fue el concierto de Fito. Un concierto del que ya estaba planeado ir desde hace 4 meses atrás. Resulta que el mismo día no tenía ganas de nada, increiblemente estaba desanimada. Pero algo por dentro me dijo que que vaya, y terminó convirtiéndose en una noche mágica, llena de cosas que no veo un día común y corriente.
    Pero nada mejor que salir sin rumbo de vez en cuando y disfrutar de la libertad que nadie en el mundo nos podrá arrancar.

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