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domingo, 19 de agosto de 2012

Luego de pasarla tan bien

Fui en busca de dolor…para sentirme bien.
Estuve pasando por momentos de mucha tranquilidad hasta que… decidí  ir en busca del sufrimiento.
Fue como buscar un piojo volando por el cielo porque ya todo estaba yendo bien.
Comencé primero  con las canciones, pero ni la más triste me ayudó a sentir mal…

Luego me animé a dar un paseíto a paso ligero por un lugar donde hace tiempo no paseaba…
Y encontré en la comedia lo que no me dio el drama.

“Un fuego sangriento”, así puedo describir lo que sentí en el pecho.
“Un cólico de diarrea”, así puedo describir lo que sentí en el estómago.
“Un congelamiento psíquico”, así puedo describir lo que sentí en el cerebro.
¿En el cuerpo? Simplemente no lo sentí…

Si lo cómico se vuelve turbulento, entonces funcionó la práctica.
Estuve pasando por tanto bien mental, que de pronto me aburrí de ello.
Necesitaba algo más pasional que me haga hervir la sangre.
¿Para qué?
Porque siempre necesitamos un motivo para levantarnos, y si ya estamos arriba nos quedan dos opciones: buscar un nuevo escalón o caer de nuevo.
Buscar otro escalón es difícil porque naturalmente entramos en una habitación de confort.
Y si te caes es más fácil llegar más alto de dónde estabas antes de caer.

Hoy encontré la agonía que estaba buscando desde ayer…

La tienda de celulares en el centro del mundo.

Recordando esos días en la tienda de celulares.
Escuchábamos los viernes a “Collective Soul”, pero no fuimos a su concierto.
Los sábados el piso era tan lustrado que parecía la pista de baile ideal.
Los lunes tirábamos los contratos al aire para demostrar la rebeldía.
Los miércoles nos íbamos a la canchita de Barranco y los jueves nos íbamos a la herradura.
Los martes veíamos videos de caídas en internet y nos reíamos demasiado.

Mucha gente entraba y salía, otros hacían cola.
Otros reclamos a todo pulmón.
Yo vivía enamorada de Claudia, ya que sólo tenía dos opciones, envidiarla o amarla, así que preferí lo segundo.

 Había un judío que siempre iba a llevarme rosas y un hawaiano a torturarme siendo mi cliente fantasma.
Tuve muy buena comunicación con un grupo de sordos mudos pero no se llevaron ni un chip.

Cantaba en el break con mi compañero de la competencia mientras nos tomábamos una tacita de café.

Pasé un verano, pasé un otoño, pasé un invierno y me fui a principios de la primavera.
Me fui a buscar nuevos amigos sin nunca olvidar a los que estuvieron conmigo aquella temporada en la “tienda de celulares”.



Recordando a María

Salí a caminar un rato por la calle sin haberme dado cuenta que ya era más de la media noche.
Pero nose qué pasa conmigo, que hasta la noción del tiempo he perdido.

Las veredas están mojadas, pues la llovizna cae y no para.
Perdida buscando tu mirada y no encuentro nada más que me alimente.
Los faroles me alumbran cada vez que digo tu nombre, como si fueras la estrella en escena.

Todas las puertas de las casas tienen el número de tu dirección.
Voy perdida sin ya distinguir más avenidas, calles ni jirones.
Los ladridos de los perros callejeros me avisan que algo se aproxima.

¿Estará en riesgo mi voluntad?
¿Me atreveré a tocar tu puerta?
¿Estarás en casa aun?

Desde el día en que hiciste tus maletas no he vuelto a respirar.
Cada día que pasa debería extrañarte más, pero sólo quedaron escombros en mis recuerdos.

Sin duda estoy perdida.
…estoy perdida.
Ya no puedo encontrar el camino a casa, he perdido la orientación.
Sólo veo nuestro balcón, dónde nos sentábamos juntas a tomarnos una copa de vino y a conversar.

¿Cuando volverás?


No era necesario saber quien la cantaba

Bien…
Después de haber visto “El Curioso Caso de Benjamin Button”, nose por qué parte de la historia por contar debo empezar.
Nose si por el comienzo, por el final, o por la parte intermedia del cuento.

Hay muchas películas que aun no he visto, hay muchas canciones que aun no he oído. Pero puedo rescatar saber que Bob Dylan metió a Los Beatles en drogas y entre otras razones que me están haciendo escribir esta tarde, porque sinceramente no encuentro la canción adecuada para inspirarme en este momento…será que ya todo está en mente.

Podría decir que todo empezó frente al mar, pero una voz dijo que era una inmensa pantalla de cine que luego se convirtió en “Un momento obviamente romántico”.
La pregunta es: si lo era realmente, o simplemente el clima quería forzar las cosas?
Me pregunto si la música fue un empujón a que las cosas que no fluyeron fluyan…
De repente no fue la música, pero si esas cuantas copas de vino.

Puedo recordar de la noche de ayer una inmensa inspiración castrada.
No era impotencia, no estaba por ninguna parte esa frustración, pero nada mejor que explicarlo como sentimientos castrados, que estaban ahí, y no podían ser expresados porque no existía un cómo.
Juro que no era impotencia...
Quiero saber que era lo que te decía el silencio, pues yo no pude oír nada.
Pero mi voz si hablaba para mí misma... Eso no creo que lo hayas podido escuchar.
Me preguntaba ¿por qué tuvo que haber respeto?
¿Lo contrario hubiera sido una falta?
¿Un error?
Tal vez es lo que hubiera querido que pase...o tal vez no...

Puedo contar sobre esa noche, que pasaron las mejores canciones en el mejor lugar y que la lluvia nos mojó también dentro del mejor paisaje y que las cosas no pasan por casualidad, si no por algo, pero yo no lo sé todavía, y no quiero investigarlo.
Quiero dejar que los momentos se sigan titulando como “un momento obviamente romántico”, porque me gusta que así sea, pero ya no puedo ir más allá.
Por algo es que las olas del mar llegaron sólo hasta la orilla, y no hasta nosotros. Por algo fue que esa noche no nos cayó encima una roca espacial. Por algo fue que hemos sobrevivido a una extraña noche en la que nos pudieron haber asesinado en una esquina Barranquina.

…Por algo existe la amistad…

domingo, 5 de agosto de 2012

Alguien que se parece a tí

Hoy me siento triste.
Hoy me siento sin aliento.
Tuve algo casi perfecto.
Te amé.

Ahora soy adicta a otra piel.
Soy adicta a otros besos.
Soy adicta a un espejismo al cual aun no llego.

Soy adicta a otra sustancia que me hace sentir emociones que…
Soy adicta a tu reflejo, ironías de la vida… malas jugadas del amor yo diría.

No encuentro la clave para no estar catatónica en la ventana.
No la encuentro.
No eres tú, es tu reflejo.
¿Te lo había dicho?

Pasión, fuerza, familia, sueños, hijos, amor…
Muchas de la línea de arriba me faltan, no siempre las quise, ahora no lo se...
¿Me confundí de estación?
No quiero pensar que sólo hay una oportunidad.

Después de amarte tanto, caí en otros brazos.
… a los que aun no me abrazan.
Cosas de la piel y resistencia del ser humano.
No eres tú, es tu reflejo.
Cosas de la carne.

 El alma ya no puede dar la hora, después de las 12:00 quien sabe…
Ya no eres tú.
Ya no es tu reflejo
Es el futuro.
Soy yo.


Christine

Que ya pasó tiempo y Christine sigue llorando.
No asimila la idea de haberlos visto desde hace tres años.

De pronto suena el despertador, hace frío, la mañana está oscura y es hora de ir a trabajar.
…que vuelva a sonar dentro de 10 minutos.

Vuelve a cabecear, se hunde su cabeza hasta lo más profundo de las plumas de la almohada.
Se cierran sus ojos, no hay nada oscuro, sólo una pista de baile.

Vuelve a sonar la alarma y dice:
-         Aún no! que sean 10 más…

Yo me pongo a pensar a la hora de escribir sobre Christine y digo:
¿No hay algo más potente que quite el sueño?
El despertador hace lo que su mismo nombre dice, pero no quita el sueño.
Y más aún si se despierta con el sinsabor que deja el haberse acostado con lágrimas en los ojos.

Por eso digo: “aun no lo asimila”.
Ya son como tres años transcurridos desde que de ella nació un sueño.
Pero aun no se da cuenta que mientras más tarde se duerma, más productividad hará durante el día.

Ay, Christine!
…ella aun no lo asimila.

Un primero de Agosto

Lo recuerdo muy bien. Yo estaba sentada casi al frente tuyo con unas cuatro filas de asientos que nos separaba. Tú ibas al lado de la ventana. Llevabas puestos unos anteojos más grandes que los míos y un chuyo negro en la cabeza.
Luego me miraste, te diste cuenta que yo estaba ahí, pero creo que todos los disturbios del lugar nos alejaron y volvieron mi verso prosaico.

...espera! ¿Por qué te vas?
Regresa!

Los siguientes minutos fueron eternos, la música aburrida.
Monotonía, cansancio, momento apático.
Vista arañada…

…No te hubieras ido.


…Me hubiera gustado probarme tus anteojos.

Amor al arte

Erase una vez un piano y una guitarra; dos copas de vino, y no pasó nada.
Erase una vez un piano, una guitarra y una pandereta; tres copas de vino y pasaron muchas cosas con certeza.

Al día siguiente, al despertar encontré una voz que se atrevió a cantar y hacer los coros con un pedazo de madera.

Erase una vez un piano y una guitarra; una botella de vino y una noche sin final.
Erase una vez un cuadro sub-realista sobre mi cama y un pijama.

Al día siguiente, al despertar no había nadie en el sofá.
El teclado del piano tocó mentiras en DO, MI, FA, SI, DO y SOL.
El sostenido lo hice yo.

Erase una vez un descontento musical, una mentira y una guitarra.
Erase una vez un DO, un sostenido, un tonel de pisco y una pandereta.

Al día siguiente al despertar, desaparecieron las notas y sólo quedaron SOL sobre MI.
Sucedió todo lo que se desea que ocurra cuando estás desesperada por componer las mejores canciones.

Erase una vez un piano y una guitarra…

Un nuevo culto

Estaba sentada en la banqueta de un parque oyendo voces.
Oyendo los gritos de los chicos, la gente que pasaba conversando, las voces de mi cabeza y a mi voz, aquella que quería cantar…
Dicen que en la vida uno no puede hacerlo todo a la vez y que tiene que sacrificar algunas cosas por otras.
Entonces  “canto”, esta tarde he decidido que te voy a sacrificar para seguir avanzando con las cosas para las que en realidad si soy buena.

Así como Dios sacrificó a su único hijo en la tierra para salvarnos del pecado, ahora yo sacrifico un sueño, te sacrifico a ti para que se puedan realizar “otros sueños” en mi vida.
Tú serás ahora el salvador de mis planes.

Prometo jamás olvidarte, siempre te recordaré, siempre iré a escuchar las óperas y hablaré de ti.
A partir de hoy le rendiré culto a la música, le rendiré culto al canto, pues ella ha sido mi salvadora y ha sido también mi motivo de inspiración.

Prefiero que sea una despedida rápida porque no quiero llorar más, pero…
¿Cómo se hace cuando por dónde sea que mis pies me lleven hay música?
¿Cómo se hace si por dónde sea que vaya, oigo hermosas voces?
¿Cómo haré ahora sin ti cada vez que escuche un precioso dúo?
¿Cómo haré para vivir sin ti?

Lo que si te puedo decir es que seguirás siendo mi fuente de inspiración en las malas y en las buenas.
Llegaré a casa como todas las noches y te escucharé cantar para mí.
Pero yo ya no lo haré más…

Adiós “canto” que tanto quise aprender…
Hasta una nueva etapa en mi vida…
Siempre te tendré presente en todo lo que haga.
Perdóname, pero estoy muy triste.

Escribiendo una canción

He visto tantas cosas alrededor mío, que sólo me queda decir que aun te amo.
Esto no es por ti, es porque no puedo recuperar la concentración de todo lo que antes me apasionaba.

Este camino ya no es fácil.
Si pudiera escribir una canción sólo podría decir que te amé y te amaré hasta que el mar se agote.

No me queda bien llorar.
¿Por que no puedo gritar?
Cariño mío no te sientas mal, esto no es por ti.
Fue un tropiezo nada más.

He vivido tantas emociones a tu lado que ya no necesito vivir otras.
He caminado a paso tan firme contigo, que ahora puedo darme el lujo de volar.
…y de ir más allá.

Podría decir que nada de esto es verdad, pero a la hora de encontrarme conmigo misma pierdo, porque siempre estás ahí…
Tú siempre estás ahí…

“Pero”… siempre hay un “pero”; siempre hay un final en cada canción.
Lo bueno es que se puede repetir el casete 40 mil veces más y recordar todos tus besos, todo tu encanto y esa tierna expresión al decir que todo estará bien.

Podría decir que nada de esto es verdad, pero a la hora de encontrarme conmigo misma pierdo, porque siempre estás ahí.
Tú siempre estás ahí…


La magia del telón

Los faroles alumbraban las calles de la Lima antigua con un encanto especial, dejándonos su hechizo decorado de neblina
Las plazas estaban cubiertas de magia invernal.
El agua de la pileta que sonaba al caer me hacía sentir que estábamos caminando del brazo sobre las fantasías de un soñador.
Esa misma noche se abrió el telón y comenzaron las hadas a danzar por el aire. Sin duda fue un ballet maravilloso.
El palco real adornado con pan de oro nos encerró a los dos en un cuadro, el cual fue el más bonito por haber sentido de cerca el sufrimiento de los danzantes.
Fueron recuerdos de acuarela, tal como me lo dijiste.
Momentos acuarelados que quedaron pintados en los nichos del teatro municipal.

Botes de diamantina que se sacudían para alumbrar el espectáculo desde la intensidad de los colores hasta la gran creatividad de los genios ocultos detrás del telón.

La malvada bruja, más conocida como el “hada verde”, intentó destruir el amor y la fantasía que flotaba en todo el auditorio.
Sacudió su varita mágica y se desapareció a ella misma para no enfrentarse con el verdadero arte.

Al fin se casó la princesa con su príncipe y los aplausos de la gente cada vez se hacían más fuertes.
El show aún no había terminado, faltaba el baile de los invitados a la recepción.
Primero empezó el gato con botas y su novia, luego la caperucita roja con el lobo, sinceramente nose quién lo invitó…
Luego el pájaro azul  con sus amores “viento y libertad”.

Los asientos eran rojo vivo, los vitrales de la cúpula eran como mirar el cielo de la “divina comedia”.
Esa noche todo fue clásico; la música, el baile, el lugar, la decoración, el bar, mi discurso, la compañía, y mi espíritu soñador.